*Eréndira Zavala C.*

Poco se escribe sobre el estado de Tlaxcala que, aunque pequeño se encuentra lleno de historia y cultura. Un ejemplo de ello es la celebración de muertos con una fiesta repleta de símbolos y rituales, colores, aromas y tradiciones, en homenaje a aquellos que partieron.
Una de las principales características para el Día de Muertos, son los arcos florales que se colocan sobre las ofrendas. Estos arcos están elaborados con flores de cempasúchil, hojas de carrizo y frutas como manzanas, naranjas o tejocotes. Los arcos representan el umbral entre el mundo de los vivos y el de los muertos, una especie de “puerta” por donde las ánimas cruzan para reencontrarse con sus familias. Colocarlo es una tradición que involucra a toda la familia, los adultos lo arman poco a poco, con paciencia y cuidado, y los niños se entretienen con el papel picado para su decoración.
Las ofrendas en Tlaxcala tienen los mismos elementos tradicionales de otras regiones de México, como fotografías, velas, agua y sal; pero en éstas, es indispensable que incluyan tortillas hechas a mano, especiales para los difuntos; pulque, bebida ancestral que acompaña a los difuntos en su visita y los platillos típicos de mole, tamales y calabaza en tacha.
En Tlaxcala también es común que las familias visiten los panteones para adornar las tumbas con flores, veladoras y ofrendas; algunos rezan, otros platican anécdotas sobre sus difuntos o comparten comida. La idea es convivir, porque la muerte no se vive como ausencia, sino como un reencuentro anual. En algunos municipios se hacen veladas durante toda la noche en el cementerio para acompañar a sus muertos.
En pueblos como Santa Cruz Tlaxcala o Chiautempan, la celebración es acompañada de actividades culturales como concursos de ofrendas, tapetes de aserrín, desfiles de catrinas y presentaciones de danza; estos se llevan a cabo en distintos puntos de los poblados para que los habitantes muestren y participen en ellos.
El Día de Muertos en Tlaxcala es una celebración que, con los arcos florales, las ofrendas y las veladas en los panteones, muestra la manera en que este estado honra a sus muertos con respeto, amor y alegría. Esta tradición, es un recordatorio de que la muerte transforma los lazos de los vivos con los muertos en memoria viva, y Tlaxcala, en noviembre, abre sus puertas para recibir a las ánimas que regresan a casa.