Ocoyoacac es el lugar indicado para visitar este Día de la Candelaria. La tradición de los tamales de ollita lo convierten en la tierra prometida para quienes quedaron a deber este delicioso alimento a familiares y amigos si el famoso “muñequito” de la Rosca de Reyes les tiró el diente el pasado 6 de enero.
Antonia Díaz Reyes, artesana gastronómica de la localidad de Tepexoyuca, en Ocoyoacac, prepara los tamales de ollita desde hace más de 18 años, receta que viene desde sus antepasados de origen náhuatl.
“Se ha hablado del tamal de ollita desde nuestros antepasados, se dio porque las personas del pueblo sembraban y cosechaban el maíz. Por el tipo quisieron darle la forma de la mazorca”, comentó Antonia Díaz.
Compartió que el maíz se prepara con agua y cal, posteriormente se pone a hervir. El amasado lleva su tiempo, bien martajado en el metate, cerca de una hora para que logre la textura y, poco a poco, el moldeo de la masa hace honor al nombre de los tamales de ollita, ya que se les deja un hueco, se guardan en hojas de maíz y en ollas de barro se realiza la cocción.
Indicó que se ocupan salsas de distintos sabores y colores, va desde verde, roja, pepita y mole; a diferencia de otros tamales, el de ollita, en el hueco, va relleno de picante y la magia es que al abrirlo la salsa se derrame y la masa no esté seca o porosa.
Los tamales que prepara Antonia han llegado a los estados de Guerrero y Nayarit e incluso a Estados Unidos.