Viscosos pero sabrosos, los insectos comestibles de México

*Gaby L.C*

Foto: Ilustrativa.

El consumo de insectos ha estado presente en el menú mexicano desde la época prehispánica, son sin duda, para muchos un platillo exótico que nos ofrece la gastronomía mexicana, admirada por el mundo y que cautiva gustos exigentes.

Así que no es para sorprenderse, además de ser comida, la mayoría de las culturas prehispánicas como la zapoteca, la mixteca y la maya los utilizaban para aliviar varias enfermedades como digestivas, respiratorias, nerviosas, circulatorias y óseas.

Los chapulines, escamoles, gusanos de maguey, jumiles, hormigas, acociles y escarabajos, son algunos de los muchos insectos con los cuales se hacen manjares culinarios que se disfrutan principalmente como botana tradicional después de freírse y sazonarse de diferentes maneras.

México cuenta con 549 especies comestibles, y somos uno de los países más ricos en insectos; en el mundo hay mil 681 especies que son aptos para la alimentación, es decir, que nuestra nación cuenta con casi una tercera parte de ellos.

Los estados del sur, centro y sureste son los principales productores y consumidores de insectos. Algunos ejemplos de son los pulgones, escarabajos, mariposas, moscas, chapulines, gusanos de maguey, jumiles y escamoles; algunos de estos insectos son considerados como exóticos.

Chapulines: son perfectos como botana, pueden ser acompañados de chile piquín, o en taco. Son mayormente consumidos en zonas como: Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Morelos, Puebla, Guerrero, Michoacán, Estado de México y Ciudad de México.

Escamoles (larvas de hormiga) son muy preciados en el estado de Hidalgo, cuyas recetas los incluyen en la preparación de tamales, salsas, caldos, horneados y tunas rellenas, pero también se disfrutan en Guanajuato, Puebla y Tlaxcala, su sabor es ligeramente dulce.

Chinicuiles: Su nombre en náhualt chinicuil o chilocuil significa “gusano de chile”, se puede comer en salsa para mezcal, tacos o guisados, muy popular en el centro y sur de México

Acociles, tiene forma de camarón pero son muy pequeños. Saben parecido a los chapulines, pero con su toque; el sabor es salado, se puede comer en tacos, pero en la zona de la cuenca del Río Lerma, los cocinan en guisados o tamales.

Gusanos de maguey son el claro ejemplo de que los mexicanos sabemos aprovechar lo que la naturaleza nos regala, se comen sobre todo en Hidalgo, Oaxaca y Estado de México, en donde se cocinan con mantequilla o aceite de oliva para comerlos en tacos, y también en estados como Tlaxcala.

Se usan para cocinar salsas tradicionales, o completitos para hacerte un taco delicioso. También se usan mucho como complemento de un buen mezcal.

Alacranes: En tacos o como botana, el símbolo del estado de Durango, son muy crujientes con un parecido sabor a la carne de res, el alacrán antes de comerse primero es freído y después salteado en un comal.

Hormigas de miel, melíferas o mieleras en San Luis Potosí; su sabor es diferente a la miel de las abejas. Esta especie de hormigas crece en lugares secos, como en algunas zonas de México

Estos solo son algunos de los gusanos comestibles, así que si los ves que los venden en la calle ¡no lo dudes y compra una bolsita!

Estas reinvenciones gastronómicas nos permiten acercarnos a nuestras raíces de una manera deliciosa.

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