*Melchor García*
“Fueron tres días sin dormir, pero valió la pena para poder realizar todo con guisados, masa y cocimiento”, así lo dice con una sonrisa Fernando Tahuilán artesano del tamal, cómo a él le gusta que le digan al advertir de lo que fue una larga y ardua jornada previo al Día de la Candelaria.
Con quemaduras en los brazos producto de la cocina, cansancio en los hombros y una mirada que refleja el mínimo contacto con la almohada, Fernando, en compañía de su familia, busca surtir la demanda exorbitante de tamales este 2 de febrero.
“Realmente a veces uno no duerme, no come uno por tratar de sacar la producción y que a la gente le podamos dar un buen servicio”, expresó.
Este 2024 indica la variedad que llevó, de inicio, los tradicionales de dulce, verde, rajas y mole, a los que se sumaron especialidades como champiñones con queso, choriqueso, tinga, al pastor, cochinita, chicharrón en salsa verde, guajillo de mole y canarios.
Pasando también por los de moda como gansito, chocorol, nutella y zarzamora, por lo que dicen, no hay pretexto para pretextar dieta o falta de apetito.
En su puesto de tamales ubicados en el municipio de Metepec, los más buscados son los de champiñones, costilla y cabeza, cotizándose entre 22, 25 y 32 pesos respectivamente.
“La gente lo que pide a veces por qué no puede comer carne son los de champiñones que se llevan muchísimo o también los de tinga”, indicó.
En sus Tamales “El Tejadito de mamá”, con un historial de hasta 18 años en el municipio de Metepec, señala que en esta jornada no descansarán hasta las 12 de la noche, las ventas se incrementarán en un 100 por ciento.
